Antes de empezar con estas 6 posturas para estimular el punto G empecemos aclarando conceptos. Tal vez sepamos de qué se trata el punto G, la zona de máximo placer sexual femenino, pero ¿sabemos ubicarlo? El punto G se encuentra a unos 3-4 centímetros en el interior de la vagina.

(Hay quienes lo confunden con el clítoris, otro gran aliado en el orgasmo femenino, sin embargo, éste se encuentra en el exterior, en la parte superior). Se considera que uno de los orgasmos más placenteros que puede alcanzar una mujer es a través de la estimulación del punto G. Por ello, además de mediante la masturbación y los juguetes eróticos, es interesante conocer aquellas posturas sexuales que consiguen estimular especialmente esa zona:

  • Vaquera

Suele conocerse con este nombre a la postura en la que es el hombre el que está tumbado y ella la que se monta encima mirando hacia él. Cuanto más abra sus piernas, más profunda será la experiencia. Puede llevar la mujer las riendas del ritmo o puede ser tarea de ambos, dirigiendo el hombre las caderas de ella.

  • Vaquera inversa

Al igual que la anterior, la mujer está encima del hombre, que se encuentra tumbado. No obstante, en esta ocasión la mujer se sienta de espaldas a él. Puede apoyar sus rodillas en la cama e inclinarse hacia delante para que la estimulación del punto G sea aún mayor. También es una posición muy excitante para él ya que puede agarrarse del trasero de su chica mientras que ella además le acaricia el escroto.

  • De pie

Ambos están de pie. La mujer se coloca de espaldas al hombre, por lo que la penetración se realiza desde atrás. Al principio, la mujer puede inclinarse para facilitar la penetración. El inconveniente con el que nos podemos encontrar es que la pareja presente alturas muy dispares. Por lo demás, es una postura sencilla y muy placentera.

  • Profunda

La mujer se tumba boca arriba y alza sus piernas. Las puede apoyar en los hombros del hombre o él puede sujetarlas con las manos y dirigir sus caderas. Esta postura implica que la pelvis de la mujer se eleve, por lo que la penetración estimula especialmente el punto G.

  • El perrito

Un clásico. Con esta postura, la estimulación del punto G está asegurada. Consiste en: la mujer se coloca de rodillas y se apoya también en sus manos (imitando la posición de un perro). El hombre (también de rodillas o de pie a orillas de la cama) la penetra desde atrás sujetando sus caderas. La mujer puede jugar con el ángulo de penetración si se inclina hacia la cama. Se consigue un placer femenino extra si además ella o él estimulan el clítoris

  • La rana

Es similar a la anterior, de hecho, es sencillo realizarla después de haber estado en posición del perrito. ¿En qué se diferencia? En lugar de apoyarse con las manos, la mujer se apoya en sus codos y en su pecho y pone sus manos en la nuca. El hombre la penetra desde atrás estando de rodillas y sujeta las manos de su pareja. Para aumentar el placer, ella puede unir sus pies por detrás de las piernas de él. (Se le llama rana por la postura que adopta la mujer, similar a la de las ranas al nadar).

Cabe mencionar que, además de en parejas heterosexuales, las anteriores posturas podrían practicarse también en una relación homosexual entre mujeres utilizando un arnés para la penetración. Recuerda que en Divino Placer dispones del mayor abanico de productos del sector erótico para todo tipo de relaciones.